“Y
cuando esto ocurra, cuando dejemos resonar la libertad, cuando la
dejemos resonar desde cada pueblo y cada caserío, desde cada estado
y cada ciudad, seremos capaces de apresurar la llegada de ese día
cuando todos los hijos de Dios, hombres negros y hombres blancos,
judíos y gentiles, protestantes y católicos, serán capaces de unir
sus manos y cantar las palabras de un viejo espiritual negro: "¡Por
fin somos libres! ¡Por fin somos libres!
Gracias a Dios todopoderoso, ¡por fin somos
libres!”
Martin
Luther King, “I have a dream”.
La
libertad, en el siglo y en el lugar en el que vivimos, es concebida
(y definida por la propia RAE) como la “facultad natural que
tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por
lo que es responsable de sus actos”. Si vamos un poco más
allá, si concretamos, encontramos acepciones como “facultad que
se disfruta en las naciones bien gobernadas de hacer y decir cuanto
no se oponga a las leyes ni a las buenas costumbres” y otras
que nos hablan de la libertad de expresión, la libertad de culto, la
libertad sexual, etc. La libertad es propia del mundo en el que
creemos que vivimos y la tenemos incorporada a nuestra rutina.
Probablemente si nos preguntasen a alguno de nosotros qué es la
libertad, contestaríamos algo parecido, quizás con palabras más
bastas. En este país y en todos los países desarrollados, la ley
nos la concede y nos la limita, al igual que hace nuestra moral, y,
en mi opinión y hablando en términos generales, existir, existe.
Sin embargo hay una definición que me ha llamado la atención: “la
libertad es el estado o condición de quien no es esclavo”.
Como
he dicho antes, en estos tiempos y en este lugar (generalizando),
existe la libertad. No voy a entrar en debates de si los gobiernos la
limitan en exceso o demasiado poco, ya que ese no es el asunto que
quiero tratar. Con esta reflexión, partiendo del simbólico discurso
de Martin Luther King y de esta acepción de la RAE de la libertad
que me ha llamado tanto la atención, quiero pararme a pensar en la
esclavitud, en la esclavitud del siglo XXI.
Según
un sondeo de Walk Free, una ONG australiana, la cifra de
esclavos asciende a 30 millones, y casi la mitad vive en la India.
Son víctimas de la trata en burdeles, de trabajos forzados y de
otras formas de explotación. Además de esta escandalosa cifra, el
informe indica que "hoy algunos nacen siendo esclavos por
herencia, una realidad impactante y dura, particularmente en partes
de África occidental y el sur de Asia. Otras víctimas
son capturadas o secuestradas antes de ser vendidas o
retenidas para su explotación, ya sea a través de un matrimonio, de
trabajo no remunerado en botes pesqueros o como trabajadores
domésticos. Otros son atraídos con engaños a situaciones de las
que no pueden escapar, con falsas promesas de un buen trabajo o
educación. Los "dueños" compran, venden, alquilan o
regalan a sus esclavos".
Estos
datos son alarmantes. Es increíble que haya personas capaces de
aprovecharse de derechos fundamentales como la educación para
esclavizar a otros, o incluso de negociar con seres humanos como si
fuesen objetos, privándoles de su dignidad, pero los hechos están
ahí y parece que nadie hace nada para remediarlo. Todos los cambios
son lentos, pero no se puede cambiar algo que “colectivamente” se
deja de lado. El filósofo Jürgen Habermas dijo en el debate alemán
sobre la herencia del fascismo hitleriano que esos momentos
terriblemente traumáticos que marcan la historia de un pueblo no se
superan simplemente olvidándolos. Creo que al haber hecho de la
libertad algo tan rutinario en el mundo occidental, no somos
realmente conscientes de que se está privando a tantos millones de
personas de lo que, en mi opinión, es la verdadera esencia del ser
humano. Un ser humano no es si no goza de la libertad de ser, así
que no debemos permitir que se prive a 30 millones de serlo.
Paradójicamente, parece que utilizamos nuestra libertad para
olvidarnos de la existencia de la esclavitud.
Ojalá
llegue el día en que la humanidad realmente pueda gritar: ¡Por fin
libres!
C.B.E.
FUENTES:
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