viernes, 1 de mayo de 2015

Crónica de una muerte anunciada

Una de las obras principales de la literatura hispano americana y universal, que es Crónica de una muerte anunciada, donde el enigma de porqué se mató a Santiago Nasar en realidad esconde el reflejo de la sociedad colombiana que sucumbe a una moral retrógrada y patriarcal en la que el honor está por encima de la vida de las personas.

La historia trata de esclarecer el cómo y el porqué del asesinato a sangre fría de los hermanos Pedro y Pablo Vicario sobre su amigo de la infancia Santiago Nasar. Para ello nos narra todo lo que ocurrió las horas previas, en las cuales se relatan las sensaciones y los actos de cada personaje y se recuerda las acciones anteriores que llevaron al acto final de carácter trágico.

En mi opinión esta obra me transmite cómo la fuerza de la moral de las personas y de la sociedad convierte uno de los lugares más paradisíacos del mundo en el escenario de una tragedia que nada tiene que envidiar a las tragedias clásicas griegas. ¿Tiene sentido el asesinato de un amigo para salvaguardar el honor de una familia entera? En la sociedad actual la respuesta sería sencilla, nadie cometería un asesinato por esta razón. ¿Pero cómo pudo a principios del siglo XX haber estos pensamientos en una sociedad? La solución a esta cuestión puede tener relación con la economía o con la evolución histórica de la población. Según Descartes esto estaría relativamente justificado como expone en una de sus máximas morales: “Es conveniente obedecer las leyes, costumbres y hábitos del país donde se vive, así como también conservar la tradición religiosa y tener en cuenta los caminos más moderados en todos los sentidos de la conducta”. Yo, por mi parte, me encuentro en completo desacuerdo con esta afirmación, ya que el asesinato se ha llevado a cabo en la línea de las costumbres y hábitos del país, instaurados en gran parte por la moral religiosa cristiana. Creo que la reflexión y el poner en duda las directrices de la sociedad es lo que ha llevado al ser humano a desarrollarse y olvidar estas prácticas anticuadas y que en mi opinión corrompen al hombre, deshumanizándole. Por ello los jóvenes de hoy en día, a pesar de la educación recibida por sus padres, deben cuestionarse y reflexionar sobre si lo aprendido es correcto o no. Por consiguiente deben actuar en consonancia con la reflexión que hayan hecho de lo aprendido y modificarlo según su percepción. Al contrario que con Descartes, me encuentro en completo acuerdo con la concepción de una de las definiciones del imperativo categórico de Kant: “Actúa para que la máxima de tus acciones se convierta en máxima universal”. Una de mis máximas universales es el respeto al ser humano por el simple hecho de serlo. Por ello, a pesar de que esta crónica escrita por el maestro Gabriel García Márquez se haya convertido en uno de mis libros preferidos, jamás entenderé como los hermanos Vicario y todo el pueblo donde transcurre la historia pueden permitir un asesinato de tal calibre por la simple justificación de una idea tan medieval como el honor.
Recomiendo a todos los lectores de este blog la lectura de esta magnífica obra que a mí, en particular, me ha hecho reflexionar sobre la estructura de la sociedad y la moral.
Robin Hood

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