El
rencor y el resentimiento aparecen cuando rememoramos situaciones o momentos
que nos han provocado la emoción intensa de rabia e ira. Muchas veces
canalizamos mal estos sentimientos obligándonos a vivirlo una y otra vez sin
ser conscientes de que estamos atándonos y encadenándonos a esas situaciones
que nos han hecho sentir mal una vez, y dejando que nos sigan perjudicando.
La
inteligencia emocional enseña que ninguna emoción es buena o mala por sí misma,
estas son únicamente adaptativas. El problema viene cuando esas emociones dejan
de sernos funcionales y sus consecuencias comienzan a ser negativas.
La
rabia o la ira son sensaciones que nos predisponen para la lucha. Nos producen
calor en la cara y tensión en los brazos. Una pequeña dosis de estas emociones
nos permite afrontar determinados problemas. El problema comienza cuando el
dolor que nos produjo esa sensación es revivido una y otra vez, haciéndonos sentir
ese malestar de ira contenida. Es algo muy perjudicial para nosotros, sin
embargo no tomamos medidas y permitimos que siga consumiendo nuestra energía.
El odio no afecta a la persona odiada sino al que odia, al que lo revive, sufre
y busca venganza.
Para
poder liberarnos del rencor, liberarnos de la carga y de la atadura que nos
proporciona “odiar” o “guardarle rencor” a alguien por algo que nos ha hecho en
algún momento, hay que entender bien cuáles son sus consecuencias:
Los
siguientes ejemplos son buenos para demostrar cómo afecta el rencor en nuestra
vida, nuestro bienestar y nuestra armonía:
1) Dos hombres fueron injustamente
encarcelados. Compartiendo celda en prisión durante varios años,
soportaron todo tipo de maltratos y humillaciones por los carceleros. Una vez
en libertad, se encontraron años después. Uno de ellos preguntó al otro: –
¿Alguna vez te acuerdas de los carceleros? – No, gracias a Dios ya lo olvidé
todo – contestó – ¿Y tú? – Yo continúo odiándolos con todas mis fuerzas –
respondió el otro. Su amigo lo miró unos instantes, luego dijo: – Lo siento por
ti. – Si eso es así, significa que aún te tienen preso.
2) Se trata de un día en clase donde el
tema que toca tratar es “el resentimiento”. El profesor mandó a los alumnos
lleva un saco con papas cada uno. Ya en clase, cada alumno tendría que poner en
una papa el nombre de una persona a la que odiase y meterla dentro del saco.
Durante una semana, tendrían que llevar con ellos el saco con las papas que
hubiesen metido a donde quiera que fuesen. Todos se dieron cuenta de que cargar
con ese peso les quitaba tiempo para pensar en cosas realmente importantes.
Dedicaban demasiada atención a aquellas papas que estaban pudriéndose en sus
sacos.
Con estos ejemplos vemos claramente la carga emocional que nos da
guardar rencor, el desgaste mental incluso corporal, el malestar. Todos sus
efectos son negativos y perjudiciales para nosotros. Perdonar, por tanto, no es
un regalo para aquel que nos ha hecho mal, ni siquiera es darle la razón.
Perdonar es liberarte de una carga dañina y negativa que te desgasta y te puede
llevar a la infelicidad, a la violencia.
Desde la perspectiva del Budismo, el perdón significa la habilidad de
renunciar a la ira y el resentimiento, viviendo el presente sin distracciones
basadas en el pasado o el futuro. Guardar ira es herirte a ti mismo. Buda ya
dijo “aferrarse a la ira es como aferrarse a una brasa candente con la
intención de tirársela al otro; tú eres el que se quema.”
En conclusión, la falta de perdón es un veneno que tomamos a diario a
gotas pero que finalmente nos termina envenenando. La falta de perdón te ata a
las personas que te han hecho mal mediante el resentimiento, te encadena.
Yo creo que si todos fuésemos conscientes de los efectos del rencor en
nosotros y de sus connotaciones negativas sería mucho más fácil llegar a la
felicidad individual (y por tanto de la sociedad en general como ya dijeron
muchos filósofos). Si el perdón estuviese presente podrían evitarse luchas que
duran siglos como las de las religión, o simplemente el odio que lleva toda la
vida presente en dos familias por algo que pasó hace tiempo, o incluso
problemas dentro de la propia familia.
Siempre que el perdón este presente, desaparecerá el rencor y eso nos
permitirá ocuparnos de cosas más importantes y necesarias. En general
acabaríamos con muchos otros problemas en el mundo, con luchas innecesarias e
interminables que buscan siempre la venganza. Por tanto, es importante que
todos fuésemos conscientes de esto.
M.M.M
Los textos con moraleja:
Libros de fábulas de coaching.
http://www.inteligencia-emocional.org/
No hay comentarios:
Publicar un comentario