Como dice la película El club de la lucha (1999): "No sois el coche que tenéis, no sois el contenido de vuestras carteras, no sois vuestros pantalones... Sois la mierda cantante y danzante de este mundo..."
A pesar de que la conciencia puede controlar ciertas pasiones que nos promueven a hacer múltiples y variadas cosas, nuestro proyecto de ser conlleva realizar acciones en función de tales pasiones dictadas de algún modo por nuestra conciencia. Entonces no existiría en sí la libertad de expresarse puramente, ya que todas nuestras pasiones rigen lo que vamos a hacer. ¿No? Sinceramente, no… El ser humano siempre puede hacer cualquier cosa que se le antoje puesto que tiene la libertad racional de hacerlo y a fin de cuentas, Sartre concluye que el hombre es responsable de lo que hace y en lo que se convierte, aunque no sea en nada. Así pues, podemos ser esto o aquello: profesor de filosofía o poeta o ir dando saltos tocando la lira como Nerón.
En
lo que respecta a las pasiones o sentimientos, Hume decía que en
estas se basaba nuestra moral: nos comportábamos según estas, y de
ellas se extraen las costumbres, que como dice el refrán: acaban
siendo leyes. Pero me parece erróneo, ya que nuestra manera de ser y
de comportarnos no se basa en ellas.
El
ser humano experimenta mil formas de sentimiento o pasión durante su
vida. Según creo, la moral tiene que ser universal y genérica para
todos. Y no en función de diferentes pasiones, puesto que tú tienes
un sentimiento de matar a alguien y otro tiene el sentimiento de
hacer la paz y no la guerra. Es decir, hay un choque de morales. Y es
preciso llegar a un punto medio entre todas, como diría Aristóteles.
En
la película que he enunciado arriba, se puede apreciar hasta qué
extremo las pasiones de uno pueden llevar a crear un alter-ego
esquizofrénico. Una conciencia exterior que es él mismo solo que
una viva imagen de lo que le gustaría ser (el sujeto no conoce a su
alter-ego hasta el final de la película, ya que le parece real
constantemente), puesto que está encerrado en su mundo monótono y
de oficina.
A
lo que le deriva, de alguna forma, a la autodestrucción: en este
caso, el supuesto hombre, junto a su alter-ego esquizofrénico,
logran detonar explosivos en los rascacielos de su cuidad, en un
radio de una manzana…
¿Es
este el modo de liberación del ser humano a una vida de continua
superficialidad y materialismo? ¿Es éste el proyecto de ser del
hombre? ¿Destruir todo como medio de escape ante lo banal y lo
tedioso que resulta así la vida…?
Sé
que resulta muy dramático, pero no, la forma de ser de alguien, o lo
que le lleva a hacer algo, está condicionado tanto por el exterior
como por el interior.
El
interior es independiente, pero lo interesante es lo exterior: la
sociedad.
¿Entonces,
cómo se hacen las leyes que nos manden hacer esto o aquello bajo una
línea de la legalidad?
Utilizaré
el argumento que da Hume en su política, el utilitarismo: gran parte
de la sociedad se rige por el beneficio común de todos; lo que pasa
es que hay ciertas leyes, que con el desarrollo de la ciencia y la
tecnología llevan de algún modo a favorecer a unos antes que a
otros. ¿No sería esto injusto? Sí y no. Sí ya que es injusto
social y económicamente, y no, ya que el conformismo es otra pieza
clave del puzzle… Por ejemplo: si tú predispones de un bienestar
propio y de buena salud, posición económica, etc., hay ciertas
leyes más complejas, ajenas a ti, que simplemente te dan igual
puesto que no son de tu incumbencia…. Pero yo creo que la buena
sociedad es aquella que se basa en unas leyes básicas y
fundamentales que puedan regir a las personas, haciéndolas libres y
no haciéndolas libres. Es decir, haciéndolas libres a elegir, crear
y tomar decisiones bajo un responsabilidad, pero no haciéndolas
libres, explosionando bombas sobre rascacielos de tu cuidad en un
radio de una manzana…
Fuentes: Filosofía
y Ciudadanía de
1º de Bachillerato, editorial Everest, y los conocimientos
adquiridos en Historia de la Filosofía de 2º de Bachillerato.
G.R.S.
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