lunes, 20 de abril de 2015

DESDE LA PERCEPCIÓN CORPORAL HASTA LA FILOSOFÍA

Una noche me fui a dormir. Mi habitación no había cambiado, era la misma: una cama, una mesa y una silla junto a unos cuantos muebles. Cerré los ojos e intenté dormir; en la oscuridad la cama se hizo pequeña, las paredes parecían murallas y mi cuerpo cambió se hizo pequeño y luego enorme, sin orden, sin sentido. Desee tanto conseguir dormirme que no recuerdo cuanto tiempo pasó hasta que lo conseguí. A la mañana siguiente, todo había vuelto a la normalidad excepto la percepción de mi cuerpo.

No es extraordinario pensar que los sentidos te engañan; oyes voces cuando nadie te llama, o ves a un amigo por la calle, le saludas y no es él. ¿Fallos en la percepción sensible, según Descartes?, ¿productos de la imaginación ajenos a los sentidos? Cómo conocemos y qué es lo que conocemos: Platón, Aristóteles, Descartes, Racionalismo, Hume, Kant… Sus pensamientos se oponen, coinciden o se suman, intentan avanzar, pero parecen no lograrlo.

La realidad es que el cerebro es el órgano que dirige al resto del cuerpo, da órdenes a todas las demás partes del organismo sobre qué tiene que hacer, de manera consciente o no. Controla cómo aprendes y recuerdas, cómo te mueves, el latido de tu corazón, la respiración; pero ¿y lo que piensas o sientes?

De forma bastante esquemática se podría decir que el cerebro se compone de dos hemisferios: el derecho que controla la parte sensible, las emociones, y el izquierdo que controla los aspectos biológicos: el sueño, el hambre, la sed… Se dice que si entrelazas tus manos, la mano que queda por encima de la otra indica cuál es la parte dominante de tu cerebro. ¿Y cuál es el problema? Que el hombre no es una máquina perfecta y cuando los sentimientos intentan dominar la parte izquierda, la biológica: tu apetito, tu sueño..; y te pone a prueba físicamente, dejes de percibir tu cuerpo real para verte reflejado en un cuerpo extraño al que no ves como deseas, entre otras cosas porque no se corresponde con la realidad.

¿Qué me cabe esperar ahora que la imagen de mi cuerpo ha quedado supeditada a mi estado emocional, como un reflejo de la sombra que te persigue y cuya forma depende de aquello que atormenta al alma? Para algunos de los principales filósofos el origen de esta “pérdida de conciencia corporal” podría explicarse debido a:

Platón consideraría que el conocimiento es reminiscencia: cuando un hombre nace, su alma contiene todas las ideas que ha conocido en el mundo de las ideas, pero las ha olvidado temporalmente. Los sentidos le van proporcionando vagos reflejos de esas ideas que le ayudan a recordar. Así, por ejemplo, nacemos con la idea del cuerpo ideal, de pequeños parece no importarnos, pero a medida que tomamos consciencia creamos una imagen de perfección que intentamos alcanzar.

¿Qué me cabe esperar ahora que imagen de mi cuerpo ha quedado supeditada a mi estado emocional, 
como un reflejo de la sombra que te persigue y cuya forma depende de aquello que atormenta al alma?

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