miércoles, 25 de marzo de 2015

Aperitivo filosófico

Conversación sobre el poder entre un padre y su hija tomando un aperitivo.
H- Podemos ha diagnosticado los males de la sociedad, ¿ganará?
P- Sólo cuando los indignados sean mayoría o la mayoría se sienta indigna, hija. Pero la cuestión es si ofrece posibilidades factibles, “la política es el arte de lo posible”.
H- Lo más importante papá, es entender que la regeneración del sistema no se puede dejar en manos de los causantes de la enfermedad, ¿acaso me equivoco?
P- Bueno, está bien, impulsemos el cambio por aquellos que están limpios, imaginemos que ya tienen el poder político, pero ¿crees que ostentan el PODER?
H - Es cierto que deben hacerse con esos otros poderes, el religioso, el militar y el económico, o al menos neutralizarlos. Pero según Foucault, el poder se encuentra en todos los sitios porque no proviene de ningún sitio.
P- Profundo pensamiento. El poder económico, del cual dependen todos los demás, trasciende las fronteras, te recuerdo que vivimos en un sistema globalizado y capitalista. Así que sólo permitirá un pequeño margen de maniobra, nunca admitirá la pérdida de beneficios o privilegios. Y siento desilusionarte, pero el poder político es su más valioso servidor.
H- La que siente desilusionarte soy yo, primera y fundamental contradicción papá, vivimos en un sistema imperfecto donde el bien común choca con los privilegios particulares.
P- Sí tienes razón, es un sistema afianzado durante siglos y moldeado a imagen y semejanza del hombre, imperfecto por definición.
H- Luego estarás de acuerdo en que sólo nos quedan dos opciones, Podemos cambiar el sistema o Podemos cambiar de sistema.
P- Hija si quieres hablar de utopías adelante, pero no nos perdamos en ilusiones! Regeneremos el sistema.
H- ¿Ilusiones?, te noto un tanto escéptico. Todo está en un continuo cambio pasando de potencia a acto, nunca te bañarás en el mismo río de Heráclito, y el poder ha sufrido profundos cambios a lo largo de la historia.
P- ¡Me admira tu basta cultura! Todo tiende a permanecer en equilibrio, y ya que te refieres a filósofos permíteme la pedantería de citar a Espinoza, la esencia persevera en su ser, y la esencia del poder sigue siendo la misma.
H- ¡Eres un viejo conformista! Claro que todo tiende al equilibrio, a no ser que haya una fuerza superior, poderosa y viva que impulse el movimiento.
P- Hija, nada ni nadie renuncia al poder de forma pacífica, las rupturas son violentas y dramáticas. Y como dijo Max Weber, el origen de todo poder es la violencia. ¿Hasta dónde estamos dispuestos a sufrir? Creemos que la solución es cambiar al poder de manos, pero el poder corrompe a quien lo ostenta.
H- Está claro que a los únicos que os afectan esas “rupturas” son a los conservadores como tú, el tiempo se os va y tendéis a conservar lo poco que os queda, aunque esté agonizante.
P- Puede que tengas razón hija, no permitáis que os priven de ese motor ya ausente en nosotros, la esperanza, la esperanza del cambio.

M.

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